Recientemente leí la Guía de Nuevas Tecnologías para familias editada por la Consejería de Familia, Juventud y Política Social de la Comunidad de Madrid. En la guía hay un apartado específico sobre retos virales que me pareció interesante. Cuando trabajamos con el alumnado, a menudo conocemos los últimos retos virales que están más de moda y en los que participa gran parte de la infancia y adolescencia. Por eso, es importante saber en qué consisten estos retos virales y que peligros tienen, pero también qué oportunidades educativas nos podrían ofrecer si los sabemos aprovechar.

Qué son los retos virales y ejemplos

Los retos virales o social challenges son invitaciones a realizar alguna acción concreta que se graba y comparte en las redes sociales. A menudo se menciona o se invita a realizar esta misma acción a otras personas, iniciando así una cadena de personas participantes en el reto y una de las claves para que se vuelvan virales.

Según el portal Pantallas Amigas, un 8% de los adolescentes realiza retos virales. Por su parte, un estudio reciente de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) señala que los retos virales más frecuentes son los sociales y los solidarios. Aunque también confirma que un 15 % de los adolescentes reconoce que hace a la vez retos sociales inofensivos y otros más arriesgados. La propia red social TikTok también ha financiado un estudio efectuado en varios países del mundo que indica que un 21 % de los jóvenes de entre 13 y 19 años ha participado en retos en línea y un 2 % afirma haber hecho desafíos que ellos mismos consideran peligrosos.  

Pero, ¿qué lleva a la infancia y a la adolescencia a participar de los retos virales? Hay diversas motivaciones para participar de los retos virales, pero algunas de los principales motivos podrían ser buscar popularidad y reconocimiento, sentirse parte de algo donde participa mucha gente, interactuar con otras personas y con el grupo de iguales… Para algunas personas podría parecer una vía fácil y rápida para adquirir popularidad en las redes, ganar seguidores, aumentar la interacción… En otras ocasiones, se trata de imitar a sus referentes o al Influencer de moda para formar parte de una comunidad. Además, el funcionamiento de los algoritmos de las principales redes sociales premian con más visibilidad los contenidos escandalosos, extraños, «graciosos»… y que incluyen hashtags populares, menciones y el contenido con mayor interacción, aumentando la visibilidad y permanencia de estos retos.

La mayoría de retos virales son inofensivos (por ejemplo: #10toqueschallenge, water flip challenge, doblar una hoja de papel, maniquí challenge, aprender diferentes coreografías…). Otros, incluso pueden ser positivos desde un punto de vista saludable o educativo (recomendación de libros: #BookTok, lavarse las manos contra el coronavius, levantarse de una silla con una pierna …); o se pueden utilizar para reivindicar o visibilizar alguna causa solidaria o justa, como una forma de ciberactivismo o e-movilización (ice bucket challenge, recoger basura de las playas: trashtag challenge, investigación contra el cáncer: #LemonFaceChallenge o Pañuelo Challenge, superar retos personales: MySuperCRISchallenge…).

Pero muchos otros retos virales también pueden ser peligrosos. Algunos ejemplos que te deben sonar son: la ballena azul, colgarse de lugares de altura o pruebas de equilibrio en sitios peligrosos, chupito de vodka en el ojo, rompe cráneos, momo, tomar pastillas de lejía, 48 horas desaparecido, coronavirus challenge… Sin embargo, ya sea por el morbo, la curiosidad, la búsqueda de popularidad, la sensación de inmunidad… la infancia y adolescencia podría no interiorizar el peligro de estos retos virales nocivos.

Además, sabiendo que las Redes Sociales suponen un contexto de socialización, las modas o actividades populares en Internet podría hacer que la juventud se sienta integrada o forme parte de algo importante (consiguen un sentimiento de pertenencia a la comunidad online con la que interactúan). Por otro lado, desde la psicología evolutiva hay un alto grado de consenso en reconocer la necesidad de explorar y descubrir los límites durante la adolescencia. En definitiva, ser aceptado por los demás y tener popularidad son dos potentes motivaciones para la infancia y la adolescencia.

Oportunidades educativas y cómo trabajar los retos virales en la familia

Por todo esto, es importante que familias y educadoras/es conozcamos algunos aspectos educativos para sensibilizar frente a los retos virales, y especialmente prevenir aquellos que supongan un peligro. Desde Te pongo un reto: #RedesConCorazón compartimos algunas recomendaciones:

  • Si conoces alguno de los retos que se popularizan, puedes visualizarlo en compañía del menor y hablar sobre ello: por qué puede ser peligroso, qué personas participan y con qué intención, podéis buscar noticias relacionadas en diferentes medios, diferenciar retos virales inofensivos y peligrosos, reflexionar sobre si el reto perjudica a alguien…
  • Identifica qué necesidades psicológicas les empujan a realizar un determinado reto: presión grupal, búsqueda de popularidad, sentirse aceptados, complejos, temores, fantasías… y ayuda a entender las consecuencias más allá de una satisfacción inmediata, como la huella digital o el daño que se pueden hacer a sí mismos o a otras personas. El diálogo, la supervisión y el acompañamiento es la mejor estrategia de prevención y de fomento de un uso crítico y responsable de las TIC.
  • En muchos retos participan sus referentes e influencers. Por eso, también debemos educar para analizar críticamente los contenidos, mensajes y el lenguaje que transmiten l@s influencers en las Redes Sociales. En este artículo te comento algunos aspectos educativos que puedes tener en cuenta para trabajar sobre la figura de los influencers.
  • Sensibilizar y relativizar frente a la popularidad en las redes sociales, reflexionando sobre los riesgos de sobreexponerse y pensar en los contenidos que se comparten en el medio y largo plazo, así como la pérdida de control de los contenidos compartidos de forma pública.
  • Usar herramientas de control parental o los filtros parentales de los sistemas operativos o plataformas sociales. Por ejemplo, TikTok (la red social donde actualmente se comparten más retos), cuenta con un control parental llamado «sincronización familiar» donde las familias pueden ligar la cuenta de su hijos a la suya propia para moderar y establecer filtros. Aquí te cuento más sobre otras herramientas de control parental y qué debes tener en cuenta para incorporarlas junto con el resto de estrategias educativas sin invadir la privacidad.
  • Crear, compartir y dar visibilidad a retos virales educativos y solidarios. Podemos aprovechar las características propias de los retos virales en nuestro propio beneficio. Si realizas comunicación en Internet y te diriges a jóvenes, puedes visibilizar retos positivos en tus perfiles sociales, o incluso crear tus propios retos educativos o solidarios.

Y tú, ¿qué otros retos virales conoces? ¿Qué tienes en cuenta para trabajarlo?


Adrian Aguayo Llanos

Trabajador Social. Máster en Educación y Comunicación en la Red. Responsable de comunicación y formador en la Fundación Gestión y Participación Social. Formador y asesor en la Asociación Pedernal Educación y Tecnología. Miembro de los Movimientos de Renovación Pedagógica.