El Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid escribía el día 2 de Mayo de 2020, haciendo coincidir con el Día Internacional contra el Acoso Escolar, un comunicado alertando a toda la Comunidad Educativa de que durante la época de confinamiento provocada por la pandemia del COVID-19 se ha seguido produciendo acoso escolar, en forma de ciberacoso a través de Internet y las Redes Sociales.
La fundación ANAR, en su III Estudio sobre Acoso Escolar y Ciberbullying, realizado a través de las llamadas recibidas de los afectados nos arroja los siguientes datos:
Las agresiones verbales, insultos o palabras ofensivas directas son las formas más habituales de ciberacoso, seguido de amenazas, insultos o palabras ofensivas indirectas. Con menor trascendencia, también cabe destacar la no inclusión en redes sociales, la exposición de fotos y vídeos comprometidos, difusión de rumores, la suplantación de identidad y la difusión de información personal. El estudio nos revela también que la mayor parte de las agresiones se producen a través del teléfono móvil, sobre todo a través de Whatsapp y en menor medida a través de las redes sociales.
No debemos olvidar que las consecuencias psicológicas de las víctimas de ciberacoso son especialmente graves debido a las características específicas de esta forma de agresión, la permanencia en el tiempo, la imposibilidad de huir de él, la audiencia a la que llega y la posibilidad de hacerse viral.
Por todo esto, y sobre todo con toda la incertidumbre que existe en referencia a la vuelta a las aulas, debemos alertar a toda la comunidad educativa a cerca de este fenómeno y aunar fuerzas para luchar contra él. La lucha contra el acoso escolar es uno de los mayores retos al que se enfrenta nuestra sociedad ya que trae consecuencias dramáticas para las personas que lo sufren. Las víctimas suelen bajar su rendimiento escolar, sufrir depresión, ansiedad e indefensión aprendida, corren el riesgo de sufrir cambios graves en su personalidad y no debemos olvidar que son niños y adolescentes a los que deberíamos educar y proteger los que soportan todo este dolor.
Profesores, educador@s padres y madres y todas aquellas personas que desarrollan su actividad en un entorno educativo, formal o no formal debemos remar juntos, ya que tratándose de un fenómeno como es social, solo se podrá vencer involucrando a todos los agentes sociales.
Aunque los datos sobre acoso y ciberacoso escolar siguen siendo dramáticos, las medidas puestas en marcha por los sistemas educativos están dando sus frutos. La prevención, detección precoz y la intervención rápida teniendo siempre como protagonista al alumnado están siendo medidas exitosas, pero no suficientes, ya que el acoso sigue existiendo. Por lo tanto, debemos seguir trabajando en ello para que nuestros niños y adolescentes crezcan y se desarrollen en un entorno seguro, libre de maltratos y en contextos donde primen los valores democráticos y la convivencia pacífica.